17 abril, 2007

Gracias primo

Ya sé que canso, que soy cansino, que aburro, que no hay nada nuevo en lo que cuento... pero es mi blog... y como editor de él yo decido lo que vomito y, por el contrario, los tropezones que se quedan en mi interior para mi posterior disfrute... Dicho y hecho.
El caso es que estoy extraño. He terminado las prácticas en Pozaris TV y mi vida universitaria deja mucho que desear... Sin una motivación mínima es muy difícil acudir 4 horas seguidas a que un profesor te flagele con sus latigazos verbales sobre temas que, realmente, te importan lo mismo que las miserias de tu alrededor... de modo que me quedo en casa... pero he ahí lo extraño de mi caso.
Llevo tanto tiempo sin vagabundear por mi confortable hogar que en estos momentos me siento un extraño. Esta tarde mismo me he acostado para dormir la siesta. A eso de las 5, asustado porque un hilillo archicaliente de líquido extrañamente dulce surcaba mi mejilla izquierda, he despertado... y ¿adivinan lo primero qué he hecho? Patético: me he lavado los dientes y me he calzado las deportivas... pero ¿para qué? para nada, porque no tenía lugar al que ir... generalmente con la vida tan estresante que llevaba (la gente que me conoce sabe que este año estoy desaparecido en combate) no me daba tiempo a pensar, lo hacía todo absolutamente automático. De ahí que este movimiento reflejo que he hecho esta tarde haya sido un vestigio de mi anterior vida (hablo de hace menos de 3 semanas). Pero ya no. Ahora las cosas han cambiado... aunque no por mucho tiempo.
Mi oficio de camarero en las BBC (gracias triunfitos por esa denominación, es lo más inteligente que ha podido salir de vuestra masa gris) me va a llevar a pasarme los findes que restan de abril y mayo sirviendo mesas... y también, porque no decirlo, a llenarme el estómago de refrescantes bolos de cerveza (joder, no todo va a ser malo).
Lo último y prometo callarme. El otro día, fiesta en Macondo por su particular homenaje a la huerta, me encontré a mi primo. Hacía no sé el tiempo que no le veía la jeta y nada más encontrarnos lo primero que él me soltó fue un: "Coño primo, pensaba que estabas muerto"... dudo que él vaya algún día a leer este post, pero si lo hiciera me gustaría agradecerle esa frase mortal. En serio, me abrió los ojos (todavía no estaban entornados por el dulce efecto de Dionisio) y me hizo ver que lo que hay que hacer es salir más y trabajar menos: simple y llanamente eso. Que los veintey.. sólo se tienen una vez.
En fin... no sé si ha quedado muy claro lo que me interesaba ilustrar con este post... En resumen lo que quería decir no es más que EL TRABAJO NO DIGNIFICA A LA PERSONA y para ejercer mi oficio (¿sin beneficio?) ya tendré tiempo más adelante, cuando sea (infantilmente hablando) más mayor.

* Sonaba de fondo mientras escribía el post la BSO de Amores Perros que recomiendo le echeis un par de oídos (quien los tenga), y un par de ojos a la película.
* Ojo al vídeo, no tiene desperdicio... supongo que será un chicanito de esos que le gustan al Dr. Rubo el que lo ha realizado...