"Bajé a la calle y fui hasta Coney Island dando un largo paseo. Sentado en un banco del boardwalk, pensando en el intercambio de pensamientos, de sentimientos, de silencios, entre Nadia y yo, me di cuenta de que era precisamente su alma lo que se me escapaba, por más que ella se apoderara de mi cuerpo y me diera el suyo tantas veces.
Su cuerpo,
pero no:
me cuesta
demasiado
poner las palabras
los conceptos
en el lugar que les corresponden
Por eso
necesito escribir
sobre ella/sobre ti
Necesito escribir sobre ti en el diario, porque aquí, sólo aquí, puedo decir sin cortapisas lo que quiero expresar. Estando contigo no puedo, percibo tu tensión y al final opto por callarme. Así que espero a quedarme a solas para estampar en el papel palabras que estando contigo no me atrevo a utilizar. Reconozco que nadie sabe demasiado bien qué significan. Puede que no signifiquen nada, pero a mí me hacen falta. Las necesito para tratar de entender lo que me pasa. Contigo. Qué le pasa a mi alma cuando estoy contigo, qué me pasa cuando estoy dentro de tu cuerpo, y qué te pasa a ti, qué me transmites, qué te transmito yo. Yo, que nunca he tenido el menor atisbo de interés por nada religioso, siento que nuestros encuentros sexuales son una experiencia de ese tipo. No me dejas decirlo. Me doy cuenta de que para ti es otra cosa, o si es la misma, prefieres no verbalizarla. En eso eres distinta a mí, yo necesito manosear cada hecho, envolviéndolo en palabras, escribirlas después, y acariciarlas, una a una. Tenemos tanto miedo a llamar a ciertas cosas por su nombre. Sin embargo, todo lo que escribo ahora no es más que la verdad. Y si escribo pensando en unos ojos, es en los tuyos. Quizá algún día leas esto. No pienses que no me cuesta; aunque me atreva a llamar a las cosas por su nombre, no puedo evitar sentirme inerme al hacerlo. Algún día le daré forma a lo que escribo. Te devolveré a través de la escritura lo mucho que tú me has dado a mí. No sabía por qué iba escribiendo, pero ahora sé que tiene sentido por ti. Tengo en la cabeza la idea de escribir algo sobre Brooklyn. No sé qué clase de libro podrá ser, pero lo haré. No sé qué busco, sólo sé que es algo que se oculta tras las miles de palabras que no puedo dejar de escribir. No sé qué es, qué puede ser, pero me gustaría desenterrarlo y darle forma, sólo para ti. Para ti escribiré este libro, Brooklyn. Brooklyn nacerá gracias a ti, por culpa tuya."
Este es uno de mis fragmentos favoritos del maravilloso libro de Eduardo Lago, titulado Llámame Brooklyn.
Es una obra compleja, que tiene multitud de saltos temporales y a la que resulta complicado cogerle el hilo durante las primeras páginas. Sin embargo, solo por leer fragmentos como el anteriormente escrito, merece muchísimo la pena.
Alguien (como yo) termina de leer esto y piensa en la hermosura que entraña el hábito de escribir, de dejar caer los pensamientos sin ningún temor, de incendiar con palabras las experiencias que vivimos.
*Nota: Evidentemente, el título del post hace referencia a la actitud plagiadora de esta ¿comunicadora?.