27 noviembre, 2006

Toda una vida


Ahí donde me veis, el 15 de mayo del año que viene cumpliré 87 años.
87 años, se dice pronto. Tan pronto como pasa el tiempo. Fugaz espacio que se pierde entre neblinas y ventiscas de desdicha. No sé si alguna vez me dió tiempo a mirar por el espejo retrovisor... Creo que no y si fue así, la velocidad con la que me deslizaba por esta vida no me dejó apreciar nada.
He pasado frío, hambre, pena y gloria que tejen estas arrugas. Todas las arrugas de mi piel. Me las he ganado a pulso, me pertenecen y estoy orgullosa de ellas. Con fuerza y brío, con golpes en el pecho y rosas rojas entre los dedos.
Muy pronto quedé viuda. Aunque pude sacar adelante a mis cuatro vástagos: lo más bello que una madre puede hacer. Lo máximo que un hijo puede esperar.
Luchar por mis niños, por esos pequeños retoños que llevan tu sangre, tu apellido, un tanto por ciento de tu corazón. Verlos crecer gracias a ti.
Toda una vida que se traduce en estas arrugas, estos suaves pliegos que esconden mucho más de cien secretos. Secretos que nadie sabrá, que arrastraré conmigo donde quiera que vaya.
Porque todo lo que he vivido ha ido dándole forma a este rostro. Rostro que ha quedado ya para siempre inscrito en este entramado de redes internaúticas, que los locos jóvenes denominais Internet.
Solo espero que esta imagen no se incendie, que perdure para siempre en esta retina electrónica.

* Esta es una historia ficticia, dedicada a todos mis Abuelos

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Manifiestas en el papel pensamientos muy profundos como la vida misma, te veo así tal como escribes: dulce, efímero, amable, cariñoso, realista... sigue adelante, conseguiras ser una escritor maravilloso porque eres capaz de transmitir los sentimientos como los percibes. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Preciosa historia.
Preciosa, de verdad.....
Me has echo recordar a mi Abuela.
Que desgraciadamente ya no está entre nosotros....jo...
Pero he sonreído, porque los recuerdos a veces, también hacen sonreír: y eso es bueno, buenísimo.

Anónimo dijo...

Me ha encantado,es precioso,cada día nos demuestras a todos la maravillosa persona que eres y el bonito corazón que tienes;sabes perfectamente tocar nuestra sensibilidad y quedar encantados con tus lindas palabras.Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Agradezco vuestras palabras de ánimo.
El usuario anónimo me tiene intrigado... maldita sea! xDD.
Un abrazo para tuti el mundo.

basiliopc dijo...

Que grande la abuela Ana. Es un clásico de Los Narejos... como aguantaba nuestros pelotazos a sus plantas...
Gran post, sí señor.

Rubben dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Rubben dijo...

Mira que he pasado veranos contigo, incluso compartiendo mesa y mantel con tu propia abuela y creo que no fue hasta el año pasado cuando la oí hablar por primera vez.

Estábamos comiendo y no recuerdo lo que hizo tu hermano (algo que a ella no le gusto, desde luego) y tu abuela gritó: ¡¡¡José Luis!!!

Reconozco que yo mismo me asusté porque el grito debió escucharlo hasta el mismísimo puber vecino de enfrente (hola Basi! :D)...jeje!

PD: Sigue así. Crack.

Sr. Nadie dijo...

Jaja! Es cierto que mi queridísima Abuela Ana no es muy parlanchina, pero las mata callando... os lo puedo asegurar.
Un gran abrazo.