30 enero, 2007

Siete

Hay frases que se caen sobre tus senos
como arrojadas en un océano de nada
Siempre que te vas
puedo leer en tus labios
lo que aún no te he dicho,
lo que tu corazón espera oír,
para dejarse llevar por la calidez del momento
Constantemente buscas en mí
algo que ya te dieron (algo anciano y trasnochado)
Yo, sin embargo, sólo me dejo arrastrar
por la turbulencia de esos minutos
que creo sueños,
y luego plasmo en realidades
Tú y yo somos tan distintos
que, a veces, tras besar las yemas de nuestros dedos
-alejadas en los polos-
nos dejamos mecer en un mar de dudas cadavéricas
No somos mas que virutas de sueños
perdidas en un desierto,
en el que reinventamos el verbo amar
transformándolo en músculo y pellejo
Aún así
cuando te tengo,
cuando te amo,
cuando hemos conseguido construir
nuestro pequeño espacio en el mundo,
-alejado de voces extrañas-
aún así,
sigo dejando caer palabras sobre tus senos
que al rozarte se convierten en un océano de nada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres la persona más dulce del universo. Escribes con el corazón pero vislumbro cierta triste melancolia en estas "poesias". Deseo que el futuro te depare todo aquello con lo que ahora sueñas. Sigue escribiendo me encanta leerte.

Sr. Nadie dijo...

Gracias por tus palabras anónimo. Efectivamente todos arrastramos a diario un tanto por ciento de tristeza y otro tanto igual de alegría. Y en mí siempre aflora la tristeza.

Anónimo dijo...

La verdad que es un lujazo poder leer todo lo que tan maravillosament nos transmites, eres un gran escritor,sólo espero y deseo que puedas conseguir un poquito de felicidad siempre que te lo propongas.bso