07 febrero, 2007

¡Que asco!

1


Y aún habrían más, muchas más, cientos de más, miles de más, millones de noticias dantescas que no apedrean nuestra conciencia, ni nos hacen reflexionar, sino que nos producen un efecto repentino de odio. Pero odio ¿hacia qué? ¿Quién nos queda por ser odiado? ¿Y quién aclamado?. De cualquier modo, ese repentino sentimiento se desvanece al momento cuando nos cuelan cualquier otra información... y es que nuestro cerebro tampoco da para mucho más...
A veces me pregunto si realmente es el mundo el que está loco o soy yo el que lo está. Cómo es posible que hayamos llegado a esto, ¿como?.

¿Como puede existir tanto odio, campando a sus anchas, convirtiéndose en lo cotidiano? Hemos llegado a un punto en que ver, a la hora de comer, un niño desnutrido enganchado a la teta famélica de su madre -que ya no da más de sí- se ha convertido en lo normal. No nos afecta (¿realmente alguna vez nos afectó?), simplemente agachamos la mirada y seguimos comiendo nuestro sabroso plato de lentejas con chorizo.


Guerras, muertos, injusticias, desgracias ajenas. No hay más que leer, ver, escuchar cualquier medio para darse cuenta de que nuestra realidad más lejana -no la que nos toca, la que nos afecta directamente- se ha convertido en una espiral de violencia desgarrada que, día a día, contemplamos sin pararnos a reflexionar un sólo segundo (yo el primero por supuesto, ¡que asco!).

Cierto es que nuestra acción no valdría apenas de nada, pero ¿y que? ¿Cuántas conversaciones se escuchan en la calle sobre la gravedad del conflicto palestino-israelí? ¿Cuantas sobre el hambre que mata millones de niños al cabo del año? En cambio, ¿cuántas se pueden oír sobre Isabel Pantoja? ¿Cuántas sobre cuál es la verdadera razón de que Fabio Capello siga en el Real Madrid? No es que no me parezcan apropiadas estas conversaciones, todo lo contrario. Sería un necio si despreciara cualquier informacion... ¡por Dios! ¡inmersos en plena Sociedad de la Información! ¡donde todo adquiere una relevancia máxima! ¡donde un desinformado se convierte en un absoluto inculto! (como dice cierto personaje amarillo... ¡intentaba ser sarcástico!).


Impasibles ante un mundo que se hunde en una continua lucha contra el bien o contra el mal, ¡que asco!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No nos sentimos impasibles ante las penas de esta sociedad, pero si es cierto que aquellos que nos sentimos afectados por ellas no estamos en situación de resolverlas, solo podemos dar gracias por haber nacido en el extremo opuesto donde por suerte para nosotros nos ha tocado vivir simplemente "de otra manera" bastante más agradable. Debemos poner nuestro granito de arena para que este mundo sea "maravilloso" o simplemente "vivible" de la manera más gratificante durante el tiempo que estemos en el, para nosotros y para aquella gente que tenemos más cerca, hoy por hoy es todo lo que está a nuestro alcance, aunque seguiré pensando como tú, que las imagenes se han convertido en algo que pasa por nuestras vidas de una manera ya cotidiana.

Anónimo dijo...

Esta imagen no es para tener asco, es para ponernos a reflexionar y pensar de que manera se puede presionar al Banco Mundial, a la ONU, a UNICEF, y todas estas organizaciones que se "supone" ayudan a la humanidad y ven por los derechos de las personas, lo cual se pone en duda al seguir encontrando este tipo de imagenes, en medios masivos de comunicasión.
Es muy cierto que hay que hacer consiencia, pero nosotros como personas estandares del mundo, nos resulta ciertamente imposible ayudar a estas personas y no es falta de preocupasion o crueldad, pero, que puede hacer una presona y estando al otro lado del mundo. Hago incapié, los que tienen mayor posibilidad de cambiar esta situación en el mundo, son esas organizasiones de supuesta ayuda hmanitaria.