03 octubre, 2006

Sentimientos encontrados


Tener un blog es como tener una novia: estás pensando constantemente en él, pero siempre hay algo que te impide dárselo todo al 100%. Eso es lo que me viene pasando estos últimos días a mí.
Digamos que estoy acumulando experiencia en el trabajo burocrático. Sí, es cierto que odio esa maldita burocracia, pero no es menos cierto que adoro (como todo ser humano) gastar el escaso dinero que ese trabajo burocrático me produce.
En fin, que ando un tanto liado y no he podido actualizar a mi criatura.
Pero a lo que realmente iba es que el jueves por la noche acerté a encontrar, entre los millones de canales que tengo en OhNO!, una buena película: La lista de Schindler. La película es de sobra conocida y no merece la pena argumentar su argumento... (astuto juego de palabrejas astutas).
La ves y se te queda un sabor seco en la garganta: no sabes si de odio hacia el pueblo alemán, de compasión por el publo judío, de alegría por conocer a Oscar Schindler o todo junto... Una película que no te puede dejar indiferente: que te absorbe, que te corroe las entrañas, que aspira tu seso hasta convertirlo en una idea política (o propagandística). El desenlace es, sencillamente, brutal. Seguro que ya la habeis visto: volverla a ver.
En contrapartida, el domingo buceando nuevamente en OhNO! (ese gran desconocido) encontré una producción israelí-norteamericana que llevaba por título Promises. Quizá no os suene, quizá sí. Yo, la verdad, era la primera vez que sabía de su existencia. Promises es otra película(más bien documental) cuyos actores principales son los judíos. Judíos buenos, judíos malos, judíos ricos y judíos pobres. Y también palestinos. Palestinos feos, palestinos pobres, palestinos muertos y palestinos que viven en lo que bien podían llamarse guetos. El caso es que viendo el documental es inevitable la comparación -odiosa, claro está- entre el sometimiento que afectó a los judíos y el que afecta actualmente al pueblo palestino. Y en ambos casos está tristemente inmerso el ciudadano hebreo.
Pero bueno, en fin (que diría Andrew Montes) que se me encuentran los sentimientos y se incendian mis ideas.

2 comentarios:

basiliopc dijo...

Para mí lo mejor de La lista de Schindler es su fotografía. Esas imágenes en blanco y negro que parecen sacadas de un documental.
Este verano estuve en un campo de concentración (de visita¡¡), en el Dachau cerca de Munich y la verdad es que impresiona.
En cuanto a la analogía entre nazis-judíos-palestinos sobran las palabras y cómo decían los de Soziedad Alkohólika: "¿Ahora quién es el asesino?" Nos vimos en Berlín.

Anónimo dijo...

Bien cierto es lo que dices...
Un saludo